Por regla general, cuando abordamos el diseño y composición de una cubierta acudimos al mercado en busca de inspiración en información, es entonces cuando nos damos cuenta de las múltiples opciones que podemos encontrar. Este exceso de información hace que tomar la decisión sobre qué sistema de cubierta elegir se convierta en una tarea compleja.
El objetivo de este artículo es ofrecer tres sencillas pautas que sirvan para orientarnos hacia una solución de cubierta.
1. Índice de compacidad
Uno de los elementos menos conocidos y que resultan más importantes en la fase de diseño para mejorar la eficiencia energética del edificio es el índice de compacidad, que mide la relación entre la superficie de la envolvente y el volumen del edificio.
A mayor compacidad menores pérdidas energéticas dado que, en un volumen mayor (denominador), la exposición a pérdidas energéticas por la envolvente es mucho menor (numerador). Este índice siempre mejora cuanta menor complejidad. Además, es un parámetro que el CTE ya contempla para calcular el nuevo documento de ahorro de energía.
Aquí la cubierta juega un papel muy importante, dado que es un elemento que puede ayudar a reducir de manera significativa la compacidad del edificio cuando se proyectan cubiertas sencillas, por ejemplo, a una o dos aguas, sin muchos requiebros y con pendientes adecuadas.
2. Tipo de entorno
Por otro lado, tenemos que analizar el tipo de entorno, ya sea rural o urbano y cómo encaja nuestro proyecto con el fin de no alterar el equilibrio del lugar. Teniendo esto en mente, podemos redundar en la creatividad, personalización y diseño que queremos darle al proyecto, utilizando materiales comunes, duraderos y con identidad. Aquí los colores, las texturas y formas de los materiales son la clave, un arquitecto o un paisajista puede ayudarnos a valorar las mejores opciones. También siempre debe valorarse la normativa local que regula aspectos de estética y diseño.
3. Sostenibilidad
Finalmente, tenemos que añadir un factor de sostenibilidad a nuestro edificio dado que es uno de los motores clave de la sociedad actual y así, elementos como el grado de mantenimiento, la durabilidad y el rendimiento energético e impermeabilidad de la cubierta le darán este sentido práctico al proyecto. Las cubiertas inclinadas, protegidas con materiales de larga duración como las tejas cerámicas o de hormigón, elementos bajo cubierta modulares, con fácil montaje, fijaciones mecánicas, con bajo desperdicio ayudan a que el índice de sostenibilidad crezca y se desarrolle, ofreciendo un valor añadido al proyecto.
En BMI ofrecemos asesoramiento para la concepción completa de la solución de sistema de cubierta valorando sus prestaciones en base a su diseño y los elementos que mejor se adaptan a toda la envolvente con el fin de satisfacer todas las necesidades. Para ello disponemos de una oficina técnica, BMI Expert, así como de sistemas de cubierta con distintas opciones de rendimiento, acabados y confort.