La primavera está en el aire. El calor, el sol y la ausencia de lluvias animan a salir a la calle y a llevar a cabo aquellas reparaciones que no se han podido hacer durante el invierno, por ejemplo, arreglar el tejado.
Prevenir la aparición de goteras y/o humedades es una buena forma de garantizar el correcto funcionamiento de la cubierta, además de asegurar el confort de los usuarios. Pero para hacerlo de manera efectiva debemos revisar y reparar el sistema de impermeabilización, prestando especial atención a tres factores: los puntos singulares, la pendiente y los sistemas de desagüe.
Elementos verticales, pasos de conducción, salientes o chimeneas son puntos críticos que no debemos olvidar y , en caso de que sea necesario, impermeabilizar convenientemente.
¿Cómo lo hacemos?
Para empezar, debemos revisar el estado del soporte donde vamos a aplicar nuestro sistema de impermeabilización. Éste debe presentar un estado limpio, seco, consistente y continuo. También debemos suavizar los cambios de plano, especialmente en la parte trasera del elemento. Al encontrarse “aguas abajo” será un punto donde se acumule agua y, posiblemente, los problemas.
Para llevar a cabo estos trabajos, contamos con diferentes sistemas de impermeabilización en el mercado. Nosotros recomendamos dos: Wakaflex o Supracoating de BMI. Estos sistemas son compatibles con todo tipo de protecciones y soportes, además son muy resistentes frente al envejecimiento.
Además, de los puntos singulares, otro factor importante que tenemos que tener en cuenta es la configuración del tejado con su debida pendiente, para favorecer la escorrentía del agua. El objetivo es evitar que ésta pudiese entrar bajo la protección al no contar con una pendiente suficiente que ayude a su evacuación (haciendo que se acumule).
En los casos de cubiertas con teja cerámica o de hormigón es importantísimo considerar la exposición y localización del edificio para analizar la pendiente adecuada en función del perfil de teja deseado.
La evacuación de pluviales es fundamental, por eso su diseño debe estar adecuado a la función de nuestro tejado o cubierta. Es decir, debemos diseñar canalones y bajantes capaces de evacuar sin entrar en colapso en caso de lluvias torrenciales.
Por último y más importante, no hay que olvidarse del mantenimiento de la cubierta, ya que sin él tendremos problemas de atoramiento en bajantes por acumulación de suciedad, filtraciones puntuales por posibles roturas de la protección, filtraciones por puntos singulares en los casos donde la impermeabilización no se haya aplicado debidamente.
El mantenimiento preventivo ayuda a corregir a tiempo estos puntos y evita que las filtraciones se propaguen por toda la cubierta. Si necesitas más información no dudes en ponerte en contacto con nosotros.