Láminas bajo teja: cómo valorar su calidad y sus mejores prestaciones

Las láminas o film bajo teja son cada uno de los elementos bajo cubierta que más han crecido en uso en los últimos años. De igual forma, sus prestaciones y durabilidad han ido mejorando y hoy en día existe en el mercado una amplia variedad de láminas bajo teja. Además, muchos arquitectos, instaladores y distribuidores ya conocen qué lámina es la más adecuada para cada proyecto.

Las más comunes son las conocidas como láminas impermeables y transpirables, y que en función de su grado de resistencia al paso del vapor de agua, coeficiente sd, alcanzan la denominación de barrera de vapor, no hay baremo oficial, pero se suele indicar que a partir de 100 metros de resistencia al paso de vapor de agua, sd 100, se puede empezar hablar de barrera de vapor. Las láminas convencionales, están por debajo de 1m. El que este valor sea mayor o menor, no es indicativo de mayor o menor calidad, dado que la clave está en dónde debo colocar la lámina en todo el paquete de cubierta para evitar condensaciones.

Pero lo primero de todo tenemos que saber bien para que sirve, o mejor dicho para que no sirve. Una lámina bajo teja, no es nunca una doble cubierta, no es una membrana estanca al agua, es decir, si la teja no es capaz de evacuar el agua por sí misma, por ejemplo, debido a una excesiva longitud del faldón o una pendiente inadecuada la lámina no es la solución de impermeabilización y habrá que apoyarse en otros elementos para conseguir la estanqueidad.

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¿Para qué sirven las láminas bajo teja?

Tienen dos misiones principales:

• La primera es desconocida para la mayoría de los usuarios, y es la de evitar que el viento enfríe el aislamiento, para ello es fundamental que los solapes entre láminas estén bien sellados y con las cintas recomendadas para ello, si bien, existen láminas que incluyen bandas para su autosellado, muy apreciadas por los instaladores dado que les permite ganar un tiempo valiosísimo de instalación. En este sentido, uno de los factores a tener en cuenta es la hermeticidad al aire o resistencia a la penetración de aire de las láminas. Sin duda, esta gran desconocida, marca la diferencia a la hora de mantener y alcanzar las prestaciones de aislamiento de diseño.

• La segunda misión, es la de proteger las posibles entradas puntuales de agua debido, por ejemplo, a rachas de viento fuerte, nieve, condensación bajo tejas, etc. Protegiendo así a los niveles inferiores de la humedad, aquí la característica que mejor permite comparar entre láminas es cómo se mide la impermeabilidad bajo la premisa del test de columna de agua en mm, encontrando en el mercado valores de entre 1000mm a 5000mm e incluso más.

También debemos tener en cuenta el tipo de soporte sobre el que va a descansar la lámina, ante forjados de hormigón, lo más recomendable es siempre usar láminas con mallazo de refuerzo que aumenta su resistencia al tránsito y evita desgarros o daños en la lámina al estar colocada sobre una superficie rugosa y abrasiva. En el caso de que usemos tablero de madera, la malla de refuerzo no es tan necesaria, aunque sí recomendable. Aunque es poco habitual, podemos encontrar situaciones en los que la lámina va volando sobre los pares, en este caso, y por seguridad, es siempre obligatorio el uso de láminas con malla de refuerzo y con altos valores de resistencia al desgarro.

A partir de estas cuatro prestaciones principales: resistencia al paso de vapor de agua, estanqueidad al viento, impermeabilidad y la disponibilidad o no de malla de refuerzo, podemos empezar a tener una idea más clara sobre cómo valorar mejor unas láminas sobre otras.

En cualquier caso, desde BMI siempre recomendamos que para cada proyecto se consulte qué láminas bajo teja son las más adecuadas, dado que en la física del tejado existen otros elementos clave que determinan qué prestaciones deben cumplir los elementos de la cubierta. En nuestro departamento de BMI Expert hacen estudios pormenorizados y adaptados a cada proyecto en función de la zona climática, diseño cubierta, prestaciones térmicas y riesgo de condensaciones.