Las tejas de hormigón son la mejor solución para proteger una cubierta inclinada gracias a sus características. Por un lado, aportan máxima durabilidad y protección respecto a la acción climática exterior, incluso si esta es extrema. Por el otro, son de muy fácil colocación, pues se adapta al resto de elementos de la cubierta inclinada. Este último factor es clave, ya que la teja va asociada a las tres capas que conforman un tejado en seco: la cobertura, el aislamiento y el soporte.
Las cubiertas inclinadas, se construyen de ese modo para evacuar las lluvias, la nieve y demás elementos climáticos adversos.
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