La principal función que desempeña la cubierta de un edificio es la de protegerlo de las inclemencias meteorológicas, sobre todo de la lluvia y nieve.
A lo largo de la historia y a la par de los avances en conocimiento, se fueron empleando diferentes materiales para lograrlo. Si hablamos de cubiertas inclinadas, casi todos esos materiales tienen algo en común, son piezas de diferentes dimensiones que se colocan e imbrican unas con otras. Seguramente el hombre, como observador de la naturaleza, se fijó en la superposición de escamas y plumas para tal fin.
Este solape de los elementos que constituyen la cubierta se realiza en todo su perímetro, evitando así que el agua que discurre por su superficie pueda introducirse entre sus uniones o, en el caso de que se introduzca, sea una cantidad mínima.
Cubierta de lajas de piedra. Santa Cruz de la Seros. Huesca. En este caso al ser piezas que no llevan encajes, la superficie efectiva de cada pieza no es mayor al 30%.
Para poder diseñar una cubierta inclinada un dato esencial a tener en cuenta es la pendiente mínima que debe poseer para que la cubierta cumpla su misión de evacuar eficazmente el agua.
La pendiente mínima de un tejado es el ángulo que forma la línea de caída del agua en el plano de la cubierta respecto de un plano horizontal. Puede expresarse en grados sexagesimales o en porcentaje, existiendo entre ellos una tabla de conversión.
Centrándonos en las cubiertas con teja, existen en la actualidad 2 grandes grupos en función de su naturaleza: Tejas de hormigón y tejas cerámicas.
Cada una de ellos dispone de una normativa UNE propia. UNE 127 100 para tejas de hormigón. UNE 136020 para tejas cerámicas. Son códigos de práctica para el diseño y montaje de cubiertas. Simplificando la información que aparece en dichas UNE respecto de las pendientes de uso, vemos que la pendiente mínima que debe tener un tejado obedece a 3 factores principales:
Atendiendo al estudio de diversos datos geográficos y climáticos, se divide a España tres zonas climáticas.
Zona 1
Zona 2
Zona 3
Se contemplan tres casos en función de la exposición local de un edificio principalmente a los vientos:
Situación protegida.
Situación normal.
Situación expuesta.
Se toma como dato la longitud real del faldón de tejas.
Se diferencian tres casos:
Faldón menor a 6,5 mts.
Faldón entre 6,5 mts y 9,5 mts
Faldón entre 9,5 mts y 12 mts.
Cada uno de los diferentes modelos de tejas, está diseñado con una serie de encajes que hacen efectiva su colocación, asi como la evacuación del agua.
La UNE correspondiente, contempla los diferentes perfiles de tejas. En ellas se refleja en diferentes tablas, la pendiente mínima que debe ofrecer un tejado en función de la relación de los datos ofrecidos por dos o tres factores principales.
Extraido UNE 136020
En el caso de la teja de hormigón, al tener esta un solape longitudinal variable, estas tablas a su vez nos van a indicar el solape mínimo al que deben colocarse las tejas.
En todos los casos hay que consultar la información que aparece en estas dos normativas, para que el tejado tenga una pendiente que asegure un buen funcionamiento de la cubierta.
A la información que aparece en las normativas, BMI ofrece una mejora en la reducción de la pendiente mínima de un tejado, en determinados perfiles de tejas, que han sido ensayados en el Technical Center del grupo. Para ello se recomienda la utilización de film bajo teja.
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